Desde Málaga no se tarda mucho más de hora y media en alcanzar Zuheros. La carretera ha sido mejorada en bastantes tramos y eso hace que el recorrido pase sin darnos cuenta. Tuvimos un pequeño problema: sabíamos que había que coger la segunda salida para Lucena, pero se nos pasó la primera...Consecuencia, nunca habría segunda. Volvimos sobre nuestros pasos y ya directo.
La casa, sita en calle Hornos, era bastante grande, de techos altos, pero puertas bajas, lo que causó varios traumatismos craneoencefálicos.
La casa
Esa misma noche, fuimos al único restaurante abierto en el lugar, "Los Palancos". Se encuentra en la plaza del pueblo, junto al castillo e iglesia, y con las mejores vistas del pueblo.
Detalle Castillo y Campanario
atardecer desde la plaza
Detalle Castillo y Campanario
atardecer desde la plaza
De ahí que esté enfocado para turistas y que los precios sean elevados. Un detalle, los menús que ofrecen estan sin precios. Si van, no duden en pedir otro menú con precios, que lo tienen. Su dueño, "El Palanco" a partir de ahora y para siempre, es un claro ejemplar de esa vieja estirpe a medio camino entre mafioso y cocinero vasco. Nos intento meter platos y más platos (para acabar con lo que tenía en la cocina) y nos dimos un buen festival finalmente. Caro, pero buena calidad. Todos contentos.
Después copita y partidita de "Trivial de los 90", pero ya en la casona de las puertas bajas. La velada no se prolongó demasiado ya que al día siguiente tocaba andar y mucho. Descubrimos una foto de una niña vestida de comunión en blanco y negro que daba escalofríos. Fomentó mucha la imaginación y a buen seguro que alimentó los sueños de más de uno, excepto los de Pedro que soñó que "El Palanco" se presentaba por la noche y le amenazaba con un final fatal. Por cierto, recuérdenme mirar muy bien antes de buscar alojamiento. Tengo una facilidad innata para encontrar lugares frente a iglesías y campanarios. Lo digo porque la puñetera campana daba las horas y las medias, ¡¡¡toda la noche!!!
El día anterior habíamos conocido a Antonio Jesús, guía local, que nos había cambiado todos los planes de rutas (para bien), así que cambiamos un poco nuestra primera intención. Hicimos 16 k ms, ruta Zuheros - Fuenfría - Zuheros. Los primeros kms de subida hasta la Cueva de los Murciélagos, y después más o menos llano, con ligeras subidas y bajadas, hasta la Fuenfría.
subida hacia la cueva de los murciélagos
De ahí, volvimos de nuevo para Zuheros, pero esta vez por otro lugar, haciendo un recorrido circular finalmente. Nos desviamos ligeramente del sendero oficial, pero gracias al GPS de Julian, todo quedó en anécdota, y localizamos el camino campo a través.
Esa noche hubo historías de amor, puest a de sol chill out y festival de carne a la plancha. Y con las pocas fuerzas que nos quedaron subimos las escaleras para dormir.
El día siguiente, viernes, aprovechamos para hacer un poco de turismo. Visitamos el castillo, el museo arqueológico y después la Cueva de los Murciélagos. Preciosa, pero teniamos un grupo numeroso y escandaloso, lo que desvirtuó un poco la visita. Después bajamos para comer, esta vez en otro restaurante, "Mesón Atalaya". Aquí nos ocurrió la anécdota más desagradable. Después de haber comido muy bien, nos trajeron la cuenta, y comprobamos que nos habían cambiado los precios de la mitad de los platos. Reclamamos, porque era bastante dinero, y se rebotaron, cambiando los precios de las cartas delante nuestra y jurando y perjurando. El turista deja dinero, pero si no se le cuida, lo dejará una sola vez. Y lo peor, que el turista puede tener más amigos, que pueden visitar este lugar. Conclusión, si van a Zuheros, eviten dicho bar.
Ese mismo día el grupo se dividía en dos. Cuatro de los componentes volvían a Málaga. Unos para trabajar, otros para ver un concierto de "La Casa Azul". Pero otros dos amigos se nos unían para los dos días que nos quedaban. Esa noche la pasamos jugando a un divertido juego de mesa llamado "Cranium".
Y al día siguiente más caminar. Esta vez habiamos situado un coche en la Ermita de Cabra, para así facilitar la vuelta. Unos 16 kms desde Zuheros hasta allí, y después vuelta en coche. Para no desentonar, nos volvimos a equivocar con el camino, pero el GPS nos volvió a salvar y conseguimos llegar a un punto de la ruta que queriamos. Pasamos por la Fuenfría de nuevo, y de allí hasta el final fue todo muy tranquilo y por un valle precioso. Llegamos al punto final muy cansados pero satisfechos de haberlo logrado. Después vuelta a casa y otra velada magnífica.
El día siguiente, viernes, aprovechamos para hacer un poco de turismo. Visitamos el castillo, el museo arqueológico y después la Cueva de los Murciélagos. Preciosa, pero teniamos un grupo numeroso y escandaloso, lo que desvirtuó un poco la visita. Después bajamos para comer, esta vez en otro restaurante, "Mesón Atalaya". Aquí nos ocurrió la anécdota más desagradable. Después de haber comido muy bien, nos trajeron la cuenta, y comprobamos que nos habían cambiado los precios de la mitad de los platos. Reclamamos, porque era bastante dinero, y se rebotaron, cambiando los precios de las cartas delante nuestra y jurando y perjurando. El turista deja dinero, pero si no se le cuida, lo dejará una sola vez. Y lo peor, que el turista puede tener más amigos, que pueden visitar este lugar. Conclusión, si van a Zuheros, eviten dicho bar.
Ese mismo día el grupo se dividía en dos. Cuatro de los componentes volvían a Málaga. Unos para trabajar, otros para ver un concierto de "La Casa Azul". Pero otros dos amigos se nos unían para los dos días que nos quedaban. Esa noche la pasamos jugando a un divertido juego de mesa llamado "Cranium".
Y al día siguiente más caminar. Esta vez habiamos situado un coche en la Ermita de Cabra, para así facilitar la vuelta. Unos 16 kms desde Zuheros hasta allí, y después vuelta en coche. Para no desentonar, nos volvimos a equivocar con el camino, pero el GPS nos volvió a salvar y conseguimos llegar a un punto de la ruta que queriamos. Pasamos por la Fuenfría de nuevo, y de allí hasta el final fue todo muy tranquilo y por un valle precioso. Llegamos al punto final muy cansados pero satisfechos de haberlo logrado. Después vuelta a casa y otra velada magnífica.
camino a las chorreras
Al día siguiente visitamos de vuelta Priego de Córdoba y Alcalá la Real. En Priego nada o poco que mencionar, en Alcalá entramos en la Fortaleza de la Mota, un precioso castillo de origen árabe que domina toda la ciudad.
5 comentarios:
Que atractivo esta el Julian con esa camisetilla naranja pegaita y esos bastoncillos...
Tu admirador secreto
... sigue, sigue, inventatelo.
Te gusta mi modelito rutero-veraniego ¿eh?
Gracias por enseñarnos un sitio nuevo para visitar.....lo mejor...las indicaciones para comer en "el palanco", que solo por el nombre....no me lo quiero ni imaginar.....jeje
un besote
yoli
El anonimo que se descubra....
yo, yo , perdón
Julián
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