19 ago 2008

Primera etapa, Cesky Krumlov

Ya estamos de vuelta. Parece mentira, pero el tiempo pasa muy rápido cuando viajas. Muchas aventuras y anécdotas que contar. Como la cantidad de fotos que hemos hecho es demasiado grande y como son muchos lugares sobre los que hablar, voy a ir poco a poco, etapa por etapa, y así se me hace más fácil la narración y a vosotros la lectura. Intentaré dar detalles suficientes por si alguien quiere repetir el viaje o simplemente visitar alguno de los lugares, pueda planificar su viaje a partir de lo que voy contando.

Aunque la primera ciudad que visitamos fue München, no la puedo incluir como parte del viaje, ya que simplemente pasamos la noche en un hostel cerca de la estación de ferrocarril. Allí empecé a descubrir que no todos los alemanes jóvenes hablan inglés bien, que no todos son eficientes en su trabajo, y que en definitiva todo lo referente a los alemanes en temas de capacidades laborales parece ser más un mito que otra cosa. Aunque no visitamos la ciudad, si disfrutamos de la compañía de Michele por unas horas. Michele es un amigo italo-croata que vive en Munich desde hace muchos años y que conocí la primera vez que pasé por estas tierras. Un tío grande y no sólo por altura. Es tan grande, que nos contó que se fue en bici desde Munich hasta Rijeka. su ciudad natal, por las montañas...

Una vez puestos en marcha a la mañana siguiente, no sin volver a tener problemas con el cóctel alemán joven-hablar inglés-eficiencia laboral, cogimos los dos coches que nos acompañarían hasta Berlín. El camino hacía Cesky Krumlov no se hizo demasiado largo, aunque nos costó salir de Munich un poco por los atascos y por nuestra amada-odiada "La Yoli", el GPS. Una vez en camino disfrutamos de paisajes increíbles pasando por Austria. Justo pasada la frontera, en una zona rural, nos encontramos con bastantes prostitutas a los lados de la carretera, supongo que para captar a clientes austriacos. La verdad es que me sorprendió.
Cesky Krumlov está muy cerca de la frontera Austriaca, al sur de la República Checa, en la región de Cesky Budejovice. Yo había pasado por allí en el año 2001, y todo sigue casi igual que lo recordaba. Un lugar precioso, patrimonio de la humanidad por la UNESCO, lleno de callecitas empedradas y pequeñas, palacetes, castillos y casas medievales. El rió Moldava
(Vlatva) se tuerce numerosas veces formando meandros y haciendo el paisaje único.

Nos alojamos en un hostel junto al río, Hostel Merlín. Una casa encantadora, muy antigua y preciosa, aunque con las habitaciones un poco pequeñas. Si alguien tiene problemas de espacio, mejor que reserve en la pensión Merlín. Unos metros mas alejado y con unas habitaciones increíbles. El precio es solo un poco más caro, pero merece la pena. En general, el euro da mucho de si en este lugar. Pasamos una tarde-noche increíble. Con un paseo estupendo por la ciudad, con una buena cena junto al rió y con una posterior velada intentando gastar el dinero que habíamos sacado en cervezas checas, una delicia. El precio de la cerveza en los restaurantes no suele pasar del euro por medio litro. En algunos lugares bastante menos.
Nosotros no tuvimos más tiempo para probar otras actividades por la zona, pero hay muchas empresas que se dedican a deportes de aventuras(trekking, rafting, etc). Así que no solo es un lugar donde pasar unos días relajado, disfrutando de la comida, la cerveza y cultura checas, sino que a los amantes del deporte se les ofrece una oportunidad única a precios muy razonables.



A la mañana siguiente, tras pasar por una panadería local, donde nos gastamos el interminable fondo de coronas checas, comprando dulces, panes, etc., salimos para Salzburgo, nuestro siguiente destino.

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