Moscú, verano de 2007

Respiro aún. Eso significa que estoy vivo. Por fin saco un poquito de tiempo para actualizar mi olvidado blog. En este mes y medio he hecho un montón de cosas (y las que quedan por hacer, miedo me doy) y voy a ir contándolas poco a poco, mientras mi paciencia dure. También empezaré a leer los blogs de la gente, dios mediante.
Pues empezamos por Moscú, como no. Ha sido mi octavo viaje oficial a Rusia. Parezco el mismísimo presidente. Teníamos planes de ir a otro sitio que no fuera Moscú, pero al final todo en casa.
Esta vez he conocido a mis abuelos políticos, Ekaterina y Valery. Química e Ingeniero Aeronáutico de más de 80 años. Un encanto de abuelitos. He pasado una noche en una cabañita de madera a 100 km al sur de Moscú, en pleno campo, propiedad de la familia Pavlov, o sea, paternos de Lena. Hemos visitado el Nuevo Jerusalén, muchos parques de Moscú que en verano se cambian de traje y me eran totalmente desconocidos así. Hemos estado en el Circo Ruso (antiguo), uno de los más afamados del mundo, y con razón. Aún recuerdo a los saltimbanquis. Hemos paseado mucho, muchísimo, descubriendo rincones nuevos para mi y en la mayoría de las veces para Lena. Y sobre todo hemos compartido muchas horas con amigos y con la familia. Mención especial también a la cantidad de buenos sitios para comer y beber que hay en Moscú ahora, eso si, hay que rascarse el bolsillo.

Como hay tantas fotos y tanta información, voy a poner los comentarios sobre cada lugar en las fotos de el álbum que os dejo.